Escritora: Paula Etchart
¡Buenos y estupendísimos días, Bookies!
Aquí vuelve
Bookeando con Desirée con más entrevistas molonas.
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siempre: podéis comentar y compartir las entrevistas en vuestras redes
sociales. Sería de gran ayuda. ¡Gracias!
Y ahora a lo que
nos interesa. La entrevistada de hoy es: Paula Etchart.
Nombre
completo: Paula Etchart
Fecha de
nacimiento: 1977
Lugar de
nacimiento: Chacabuco
(Buenos Aires)
–
Buenos
días, Paula. ¿Cómo te encuentras en esta mañana de noviembre, ya casi entrando
en la época nevada del año?
Estoy muy
bien. En el receso escolar invernal fue mi cumpleaños y la pasé muy lindo
también. Así que con toda esa linda energía para retomar proyectos de
escritura.
–
¡Genial!
¡Muchas felicidades! Espero que lo pasaras genial. Bueno, cuéntanos algunas
cosillas más que quieras que sepamos de ti.
Vivo en la
ciudad de Buenos Aires. Mis aficiones: leer, escribir, tiro con arco, baile de
rock, hobbies pasajeros de artesanías manuales… Profesión: escritora, docente
de lengua y literatura, correctora literaria, coordinadora del taller “Develar
la escritura”.
–
Jobar.
Qué vida más completa. Me encanta. Aunque, literalmente, no tendrás tiempo de
nada. ¿Cuáles son tus proyectos pasados, presentes y futuros?
Publicados/estrenados:
Dos libros de poesía, dos novelas juveniles, un libro de cuentos (compilación
de cuentos completos), un libro de cuentos para adultos, tres obras de teatro
estrenadas, cuatro radioteatros y algunos artículos en revistas.
Dejo mi web,
que será lo más fácil. Allí pueden descargar libros gratuitos de mi autoría en
formato epub: www.paulaetchart.com.ar
–
Muchas
gracias por la información. Seguro que le echaremos un vistazo. ¿Qué es lo que
te decidió por la escritura?
Digamos que la
escritura decidió por mí, no yo por ella. Para contarte, necesito ir un poco
más hacia atrás en mi historia personal: crecí en un pequeño pueblo de la
provincia de Buenos Aires, Argentina, a 200 km de la ciudad. Hace cuarenta y
siete años allí no había mucha oferta cultural. Hoy en día hay un centro
cultural que ofrece variadas actividades, pero en aquel entonces lo único que
existía era la biblioteca popular. De chica siempre me gustaba que mi mamá y mi
abuela materna me contaran historias y cuando aprendí a leer, empecé a ir sola
a la biblioteca a pedir libros. Era una biblioteca grande, sin embargo, en poco
tiempo ya había agotado toda la literatura infantil. Tengo un recuerdo de la
lectura de un libro de la colección Robin Hood (no sé si era Mujercitas o algún
otro de aventuras de piratas; ya ves mi avidez de leer indiscriminadamente todo
lo que encontraba), y al terminar de leerlo, quedarme maravillada pensando cómo
harían esos autores para escribir las historias que tanto me atrapaban. Por eso
creo que, para mí, escribir significaba lo mismo que la lectura: viajar a otros
mundos, otras historias, otros personajes; ir más allá de las fronteras del
pueblo mediante la imaginación.
Escribo porque
me apasiona hacerlo, porque no podría estar sin escribir.
–
Me
encanta tu historia. Es como la película de Matilda, literal. Y siempre me
gustó esa película. Una niña tan inteligente que viaja sola a la biblioteca
porque no la dejan estudiar. ¡Qué capacidad de superación! ¿Qué es lo que te
inspira para escribir?
Dos
cuestiones: uno, creo que la inspiración está sobrevalorada. Es un concepto que
heredamos del Romanticismo: el escritor como genio que recibe la inspiración de
las musas. Escribir es un trabajo. Un arduo trabajo. Picasso decía: “Cuando
venga la inspiración, que me encuentre trabajando”. Y es así. Hay dos momentos
en la escritura: uno, ese fluir de la mano que se deja llevar por los
personajes y que a veces nos hace sentir meros médiums de historias que se
escriben solas; este es tal vez el que muchos llaman “inspiración”. Y otro
momento en el que te sentás y revisás eso que escribiste, tachás, corregís,
agregás, etcétera..., que es el de trabajo más complicado y extenso. Quien te
diga que escribe de un tirón, sin corregir, te miente.
La otra
cuestión es que si vamos a “disparadores” de la escritura (en vez de
“inspiración”), creo que todo puede hacernos escribir. Solo basta con ser
receptivos para que la realidad nos presente oportunidades de ver historias
ocultas.
–
Puede
que tengas que trabajar muchas veces sin haber obtenido inspiración en ese
momento, pero, a mi parecer, creo que es imprescindible si queremos escribir
algo que merezca la pena de verdad. No es lo mismo ponerse a trabajar sin más,
que escribir cuando tienes algo en tu mente que desea salir. ¿Qué momento del
día prefieres para escribir?
Antes me
gustaba la noche, entre las doce y las dos de la mañana; pero ahora si no
duermo en esas horas, al otro día no me despierto. Así que escribo cuando
puedo, sin preferencia de una hora en particular. Si estoy en mi casa, genero
el ambiente que me gusta y escribo.
–
El
ambiente es lo más importante a la hora de escribir. Yo, por ejemplo, odio
tener el teclado lleno de polvo o tener la mesa desordenada cuando me pongo a
escribir. No puedo con eso. ¿Te defines más como una escritora de brújula o de
mapa?
Depende del
proyecto. A veces el proyecto nace con su estructura a cuestas. Otras, lo vas
descubriendo a medida que escribís. Pero prefiero que se vaya descubriendo a sí
mismo. Justamente, coordino un taller de escritura que se llama “Develar la
escritura”, y va por ahí; por dejarse sorprender por lo que el material mismo
nos ofrece durante el proceso de escritura.
–
Cierto.
Ya nos contarás más sobre ese taller. ¿Cómo fueron tus principios en la
escritura y tus primeras publicaciones?
Empecé desde
muy niña escribiéndole cartitas a mis padres para cumpleaños, navidades, le
hacía poesías a mi perro, y me encantaba redactar composiciones en la escuela
primaria. De adolescente escribía poesías, y a los dieciséis años, escribí mis
primeros cuentos y una novela. Cuando tenía dieciocho años, participé en un
concurso de escritura local y quedé seleccionada para integrar una antología de
cuentos. Esa fue mi primera publicación. Luego siguieron varios concursos
literarios en los que me publicaban en antologías y gané algún que otro premio.
Pero siempre como autodidacta, ya que fue recién cuando vine a la ciudad a
estudiar, en realidad, cuando terminé mi primera carrera universitaria (soy
Licenciada en Psicología pero actualmente no ejerzo la profesión) que empecé a
formarme en escritura. A los veintitrés años, en un taller de escritura
creativa, que me presentó a los surrealistas y eso me abrió mucho la mente.
–
Me
encantan las historias del pasado y ver cómo, a lo largo de los años y mediante
experiencias de la vida, vamos cambiando y aprendiendo más y más. Es fruto de
todo el esfuerzo de años pasados. Es un logro muy grande. ¿Utilizas o has
utilizado seudónimo alguna vez?
No. No tengo
pseudónimo, ni firma de garabato. Firmo con mi nombre y apellido. En muchos
certámenes piden pseudónimo y ahí sí, elijo alguno al azar.
–
Madre
mía y, ¿te acuerdas de todos? Si en cada concurso publicas con uno diferente, ¿como
sabes cuál es el tuyo cuando salen los resultados? Yo no me acordaría. ¿Qué género
sueles publicar?
Me he formado
en todos los géneros y disfruto mucho escribiendo cualquiera de ellos. Pero el
que más disfruto es el humor, porque creo que es fundamental para la vida. He
pasado por situaciones complicadas y el humor me sirvió como válvula de escape.
También disfruto leerlo: el humor inglés me encanta, es irónico, satírico,
inteligente; ese es el tipo de humor que me gusta.
–
Estoy
de acuerdo contigo. La vida ya está demasiado dura como para encima estar
leyendo sobre cosas que son tristes. Yo por eso suelo leer fantasía; porque no
tiene nada que ver con la realidad. Es una forma de escapar de los problemas y
del día a día. ¿Qué estrategia utilizas para promocionar tus obras?
Probé casi
todo: auto-publicación en papel con presentación, eventos, flyers, campañas
publicitarias, etcétera... En mi caso, lo que más funciona es el boca a boca.
Por eso también tengo mi web con descarga gratuita de mis libros.
–
En
tu caso y en el de casi todos, porque la mayoría de escritores que se han pasado
por aquí han dicho eso mismo, que el boca a boca es lo mejor para ser
reconocido. ¿Prefieres auto-publicar o publicar con editorial?
El tema de
publicar en editorial es que raramente una editorial te elige para publicar tu
obra. Es autofinanciado. Y si hacés una gran tirada de libros, después los
terminás regalando o vendiéndolos a tus conocidos. Y a mí no me gusta que la
gente se sienta comprometida a comprarte un libro. Siento como si les estuviera
mendigando una contribución. Además, ¿qué te asegura que después de que te lo
compran, lo vayan a leer? Por eso, prefiero auto-publicar y que mis libros
estén en digital, y de distribución gratuita, para que llegue a la mayor
cantidad de lectores que oyeron hablar de mí.
–
No
todas las editoriales son así. Ya ha habido muchos otros escritores que han
contado sus malas experiencias con ese tipo de editoriales, pero no por eso hay
que rendirse con ellas. Tanto publicar con editorial como auto-publicar pueden
ayudarnos en nuestros objetivos. Siempre es mejor combinar todas las opciones
que nos ofrezca la vida. Pienso yo. Pero, como se dice por aquí: para gustos,
los colores. Entonces, ¿realizas tú el proceso de corrección y maquetación de
tus obras o lo llevas a un profesional?
Mis libros
digitales los maqueté yo misma. En pandemia hice un curso de maquetación y los
digitalicé. Pero fue tortuoso. Todo lo relacionado con informática es algo que
no me gusta. Así que padecí todo el proceso, y volví loco a mi profesor de
maquetación.
El proceso de
corrección lo hago yo misma porque soy correctora literaria. Aunque si en algún
momento alguna editorial decide publicar mi obra, seguramente tendrán su propio
corrector y ahí sí que le dejo el trabajo a otro.
–
Es
mejor siempre que la obra propia la corrija otra persona, aunque tu tengas
titulación y sepas hacerlo, porque no siempre nos fijamos en nuestros propios
fallos al escribir. Sin embargo, alguien que no está en nuestra mente sí que se
va a fijar en todo lo que a nosotros se nos escapa. ¿Alguna manía como
escritora?
Más que manía,
una preferencia: mi pc de escritorio; aunque puedo trabajar en cualquier otro
lugar, o anoto mucho en papelitos. Si estoy viajando, escribo (de puño y letra)
un diario de viajes.
–
¡Qué
guay! Yo siempre he querido escribir un diario o un diario de viajes, como tú
dices, pero a los dos días (si es que duro tanto) termino por olvidarme de
escribirlo. ¿Cómo sería tu personaje favorito?
Yo misma me
considero un personaje, tal vez creado por otro escritor. Me han pasado cosas
que son increíbles en la realidad y dignas de una ficción. Por ejemplo, mi
próxima novela está basada en mi viaje a China en el 2020. Estaba en mitad del
viaje cuando surgió lo del covid, continué viajando con el bicho pisándome los
talones, logré que me cambiaran el pasaje para regresar diez días antes, volví
a Buenos Aires y a la semana de estar acá, se declaró la situación de pandemia
internacionalmente. Bueno, de esa experiencia nació una novela en la cual uno
de los protagonistas está basado en mi historia de vida.
–
¡Súper
interesante! Si yo escribiera sobre mi vida también daría para una saga más
larga que las sagas de Brandon Sanderson. Siempre he dicho que mi vida era como
una telenovela. Ahora estoy más segura de ello que nunca. Además, al igual que
en cualquier libro, en mi vida también hay suspense y drama. De esto último,
mucho, he de decir. Si la escribiera, toda la gente que me conoce fliparía con
la de cosas que he pasado en la vida. ¿Prefieres E-Book o papel?
Para publicar E-Book
si lo tengo que autofinanciar. Si me publica una editorial, en papel. Para
leer, en papel porque tiene más sensorialidad (el tacto, el aroma, el papel, lo
visual de las tapas) para mí implica un ritual cotidiano abrir un libro donde quiera
que esté. En digital leo también y mucho, pero prefiero el papel.
–
Lo
mismo digo. Mejor el papel, aunque el E-Book te saca de muchas y es bastante cómodo.
Excepto cuando te quedas sin batería en mitad de la novela y no puedes cargarlo.
Eso ya me pasó y no mola nada de nada. ¿Escritores favoritos?
Muchos. Los
del boom latinoamericano: Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa.
Otros que me
gustan son: Felisberto Hernández, Alejo Carpentier, Ernesto Sábato, Juan Rulfo,
Manuel Puig, Shakespeare, Hesse, Douglas Adams, Oscar Wilde, Mary Shelley, Poe,
Murakami, Margaret Atwood, Dante Alighieri, etcétera…
En poesía:
Mario Benedetti, Alejandra Pizarnik, Juan Gelman, Safo, Rumi, Anna A. Ajmátova,
etcétera...
–
Eso
son muchísimos. Y has puesto unos cuantos muy buenos. ¿Libros favoritos?
Uff, muchos,
no podría nombrarlos a todos, pero te digo algunos: Rayuela y Los premios
(Cortázar); La guía del viajero intergaláctico (Douglas Adams), Guerra del
tiempo (Carpentier), Free play (Nachmanovitch), El amor en los tiempos del
cólera (Gabo), La tía Julia y el escribidor (Vargas Llosa); El lobo estepario
(Herman Hesse); cualquiera de poesía de los que nombré antes.
–
Has
dicho un montón de los que fijo que se leía mi abuela. El que siempre le vi
leer es el de: La Regenta. Le encantaba ese libro. Yo no me lo leí, pero me han
dicho que es uno de los personajes más completos de la literatura. ¿Cuánto
tiempo dedicas a leer, escribir y documentarte?
Debería, al
menos, una hora al día, pero siempre me costó “sentarme a escribir”. Es una
contradicción entre hacer lo que uno ama y cuando se dispone de tiempo, dar más
vueltas que un perro. Es algo que siempre me intrigó por qué sucede. Lo hablé
con amigos escritores y a todos nos pasa.
En cuanto a
leer, siempre llevo un libro conmigo, así que leo cuando tengo un segundito
libre. No te podría decir cuánto tiempo leo al día. Sí te podría decir cuántos
libros leo al año: un promedio de cincuenta.
Creo que no
hay un tiempo exacto cuando me documento sobre algo relacionado con un proyecto
de escritura. Generalmente, si es algo histórico, investigo mucho. Y como me
encanta investigar, no tengo límite. Entonces, yo misma me pongo un freno y me
digo: “basta, ahora a escribir”. También durante la escritura suelo investigar.
Hoy en día con internet es algo súper fácil. Yo soy de la camada que tuvo que
investigar en bibliotecas. Y tiene su encanto; al igual que la máquina de
escribir, el sonido de las teclas contra el papel…
–
A
mí nunca me tocó investigar en una biblioteca, tuve suerte, por así decirlo. ¿Qué
tiene que tener un libro para que te llame la atención como lectora?
Una historia o
personaje que atrape, que entretenga. En cuanto al personaje que sea singular,
que tenga su particularidad que lo haga único, que me genere empatía y pueda
identificarme con él.
–
Muy
bien. Esos personajes son únicos y especiales y siempre se nos quedan metidos
en la mente. ¿Algún consejo para escritores?
Que lean mucho
y variado. Que se formen, ya sea en universidades de arte o en talleres de
escritura. Que no se fíen de la inspiración y trabajen el material, lo pulan
antes de mostrarlo o publicarlo. Que tengan la humildad de aceptar críticas
constructivas, tanto de las personas que saben como de quienes son lectores
intuitivos. Que no se dejen vencer por bloqueos de escritura. Que escriban lo
más que puedan. Y si no los leyeron, les recomiendo: Free play (Stephen
Nachmanovitch) y Zen en el arte de escribir (Ray Bradbury).
Muy buenos
consejos. Muchísimas gracias por tu aportación y espero que te lo hayas pasado
tan bien respondiendo las preguntas como yo.
Esperamos verte
de nuevo por aquí.
Os dejo los enlaces a las redes sociales de Paula aquí mismo:
Y a vosotros, no
os vayáis porque volvemos con más.
Hasta entonces, ¡feliz lectura y escritura!
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