CONCURSO LITERARTOBER 2023 (DÍA 27)

 

27

 

Mal presentimiento

(Baile)

 

Habían pasado unos días desde que Ángela decidió compartir su sangre con Zott aquella noche, salvándole así de su muerte definitiva.

Tras horas luchando, los pocos vampiros y licántropos que habían quedado vivos, se habían retirado a sus propios dominios; Jax, Varux y Melian entre ellos.

– ¿Qué piensas? – preguntó Zott mirándola desde su posición, sentado en la cama.

Ese día era importante. Era el cumpleaños de Zott.

Estaban en la mansión de los licántropos; y todos los vampiros leales a su vampiro también habían tenido que dejar su hogar y unirse a los que habían sido sus archienemigos desde hacía siglos. La paz entre ellos pendía de un hilo, aún.

–          ¿Crees que celebrar un baile en este momento es lo adecuado? –preguntó ella, mirándose al espejo.

Llevaba puesto un vestido de satén rojo oscuro con volantes tejidos a mano. El corpiño se le ajustaba a su cintura como un guante. Y su pelo estaba recogido en un moño despeinado a la altura del cuello, con una tiara en lo alto. Parecía una princesa de verdad.

–          No se puede vivir pensando eternamente qué va a pasar después, amor– la riñó él con cariño–. Además, un baile y unas risas es lo que todos necesitamos en este momento para ahogar las tensiones entre los dos clanes, ¿no te parece?

–          Sí… Puede que tengas razón.

Aun así, tuvo el presentimiento de que aquel día algo andaba mal.

Minutos después, Ángela bajaba por las escaleras hacia el salón principal.

Como en las más hermosas películas, Zott la esperaba a los pies de la escalera con la mano extendida.

Por una vez en su vida, ella era la protagonista de la historia. Todos los allí presentes, vampiros y licántropos, la observaban. Ella se sintió dichosa. Era el mejor día sin duda, a pesar de que aquel presentimiento de que algo malo iba a pasar seguía retorciéndole las entrañas.

Por fin, llegó al final de las escaleras.

Extendió la mano para agarrar la de su vampiro y compañero.

Sonrió. Él estaba guapísimo.

Pero…

Antes incluso de rozarse, se desató el caos en el salón.

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