CONCURSO LITERARTOBER 2023 (DÍA 30)
30
Hasta
nunca
(balas)
Zott agarró los brazos del líder
de los vampiros por detrás, impidiéndole moverse apenas.
Aunque él tenía muchos más años,
Zott contaba con la fuerza que había ido adquiriendo a lo largo de los años
como mano derecha del ejército vampiro. Y también, con la fuerza que le había
otorgado la sangre de Ángela aquella tarde en su habitación.
Pensar en ella lo desestabilizó,
haciendo que el líder de los vampiros se removiese y se soltase de su agarre.
¡Mierda!
Varux, que se disponía a
atacarlo, pudo retirarse a tiempo, antes de que una de sus garras le hiriera en
el estómago.
Con un poderoso rugido, se
transformó en lobo. Medía, a cuatro patas, lo mismo que el líder vampiro. Lo
miró a los ojos durante un instante, pensando la manera más dolorosa para
acabar con él.
El líder vampiro también pensaba
en sus opciones, aunque no eran muchas. Podía salir indemne de un
enfrentamiento contra un licántropo en igualdad de condiciones, pero no contra
un vampiro milenario y un licántropo con años de experiencia matando vampiros.
Tras resignarse, al ver que
aquel iba a ser su final, hiciera lo que hiciese, con una sonrisa, abrió los
brazos y dejó que la muerte a manos de Varux y Zott le llegara.
Poco tardó su cuerpo en acabar
partido a la mitad en el sucio suelo; al igual que el resto de vampiros que lo
acompañaban.
Los cuerpos de los fallecidos en
ambos bandos quedaron olvidados en el suelo, al igual que los casquillos vacíos
de las balas cuando se dispara un arma. Sin valor. Sin vida.
En cuanto Zott hubo acabado con
toda aquella matanza, se dirigió de nuevo junto a Ángela, a la que apenas
quedaba un halo de vida.
¿Cómo podía haber pasado
aquello? Iban a ser felices juntos. Tenían muchos años por delante, aunque no
tuvieran la eternidad; y ahora ni siquiera les quedaba eso. Sólo unos segundos
más de vida.
– Todavía hay esperanza–dijo Varux a sus espaldas.
– ¿Tú crees? –susurró desesperado, llorando por primera vez
en años.
– Es fuerte. Confía en ella.
– Ya lo hago.
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