CONCUROS LITERARTOBER 2023 (DÍA 23)
23
Ardiente
deseo
(Bosque)
– Camilla, tú y yo jamás hemos tenido la más mínima
posibilidad juntos– replicaba Zott a una Camilla enfurecida.
Ella era la vampira que todos
deseaban. Todos, menos Zott. No estaba acostumbrada a que le dieran calabazas,
y menos por una humana de nada.
– Podríamos tenerla de mascota. Beberíamos su sangre a
diario, Zott– trató de convencerle la vampira. Como vio que él temblaba de
deseo, siguió provocándole: – Probaríamos extracciones de sangre nuevas y
excitantes. Juntos.
Las manos de la vampira
recorrían su musculado y tenso cuerpo, hasta que se alojaron en la zona de la
entrepierna acariciándole de forma sugerente.
– Piénsalo– siguió susurrando Camilla a unos centímetros del
cuello del vampiro–. Siempre te gustó experimentar con la sangre. Te conozco,
mi amor. Sé que necesitas alimentarte más a menudo que cualquier otro vampiro.
Yo puedo darte eso.
Los colmillos de la vampira
sobresalían ya de su boca. Despacio, se fue acercando al cuello de Zott, como
tantas otras veces, para probar de nuevo su sangre.
Hasta que una voz y un olor
penetrante la frenaron en seco.
Ángela no esperaba encontrarse
la escena que se desarrollaba ante sus ojos. La rabia la inundó y le dio el
valor necesario para enfrentarse a una criatura que podía matarla allí mismo
antes de que pudiera decir: “Holi”.
– ¡Quita tus sucias manos de mi vampiro, arpía!
Claro que tampoco se había
parado a pensar que su sangre atraería la atención de la vampira de aquella
manera.
Zott también lo olió. La sangre
de Ángela era inconfundible.
Todo pasó en apenas unos
segundos. Camilla soltó de golpe a Zott y lo empujó para apartarlo de en medio
y poder alcanzar su actual objetivo: Ángela.
Ya olvidado el trance en el que
parecía haberse sumido al estar con Camilla, Zott reaccionó a tiempo de atrapar
a la vampira por los brazos justo a unos milímetros del cuello de su amada.
– ¡Corre! –le gritó a Ángela, con pánico. Al ver la cara de
desconcierto de su compañera añadió: – ¡Hacia el bosque!
Ellos no tardarían en rastrear
el olor de la sangre de Ángela. De nuevo.
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