CONCURSO LITERARTOBER 2023 (DÍA 7)
7
Conexión
(Catacumbas)
Zott se encontraba acostado en
su cama, pensando en aquel intenso olor que lo martirizaba.
Sabiendo que no iba a poder
dormir aquella noche, salió por la puerta de la mansión y se encaminó hacia
territorio licántropo. Con suerte, una buena pelea le quitaría aquella esencia
de la cabeza.
Los terrenos estaban
extrañamente en silencio. No había ningún licántropo a la vista.
La puerta de la casa del clan
licántropo se abrió y de ella salió la fragancia que tanto lo había atormentado
todos esos días. La boca se le hizo agua y sus colmillos salieron a la
superficie, perforándole el labio y haciéndole sangrar. Saboreó su propia
sangre en la boca. Aquello solo hizo intensificar el dolor que sentía al oler
la dulce fragancia de la mujer que estaba en aquel momento despidiéndose con
familiaridad de su mayor enemigo: el líder de los licántropos.
– Varux–
susurró con rabia.
La garganta le quemaba. No
aguantaría mucho más aquel condenado dolor. Para colmo, la mujer se dirigía
hacia el lugar donde se encontraba escondido entre las sombras. Ella empujó la
verja de hierro y se despidió de nuevo de Varux antes de darse media vuelta,
aún sonriendo.
La mente de Zott iba a toda
velocidad. Si conseguía que aquella humana –que no dejaba lugar a dudas de que
lo era– bajara a las catacumbas, sería su dulce presa para culminar aquella
atormentada noche. Pero, ¿cómo podría atraerla? Entonces se le ocurrió la única
manera de que ella pudiera seguirle hacia donde él quisiera.
Los vampiros tenían ciertos…
dones, que les ayudaban a cazar a sus presas y tenderles una trampa. Él iba a
utilizar uno que hacía años que no usaba.
Siguió a la mujer, vagando entre
las sombras que dejaban las pocas farolas que había en la calle. Hasta que de
repente…
– No te tengo
miedo –afirmó ella con valentía mientras seguía andando–. Puedes salir…,
vampiro.
Zott no entendía como la mujer
sabía que estaba observándola.
Salió de entre las sombras, y al
mirarla a los ojos, todos sus pensamientos sobre sangre se desvanecieron como
el humo.
Era ella.
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