CONCURSO LITERARTOBER 2023 (DÍA 8)
8
Bienvenido
a tu destino
(Resurrección)
Dicen que cuando conectas con el
alma de otra persona lo sientes tan dentro que te marca para siempre.
Hasta el momento, Zott había
pensado que eso no eran más que palabrerías de idiotas enamorados. Pero en
aquel breve instante en que decidió esperar y mirar a la humana a los ojos
antes de atacarla y vaciar su cuerpo de la dulce fragancia de su sangre, que lo
estaba volviendo loco; en aquella milésima de segundo, lo supo. Era ella. Esa
mitad de su alma que había esperado durante tantos y tantos años.
El alivio que sintió al no
haberse dejado llevar por su sed de sangre, le hizo caer de rodillas y
contemplar a la mujer con una admiración y amor infinitos.
Ella, abrumada por su mirada, y
aún si saber cómo había sido capaz de sentir la presencia de aquel vampiro tras
de sí, lo único que acertó a hacer fue arrodillarse frente a él.
La chica también había sentido
esa sensación. El sentimiento de algo más profundo que el amor o la pasión. La
certeza de saber que había llegado a su destino. Al igual que el pasajero que
se baja de un tren tras un largo camino recorrido en solitario y al apearse se
da cuenta de que su destino siempre fue llegar a aquel lugar donde su compañera
lo espera.
En unos minutos, todo por lo que
los dos habían pasado en sus vidas había cobrado sentido. Todo, los había
conducido hacia ese encuentro.
– ¿Tú? –murmuró Zott, acariciándole la mejilla, maravillado.
– Tú… –afirmó Ángela con seguridad, alisando la media melena
de su vampiro y apoyando el rostro contra la mano de él.
Sin poder resistirlo por más
tiempo, tras aquellos días tan amargos y terribles, Zott alzó el rostro de ella
y levemente apoyó sus labios contra los de su humana. Ésta, en lugar de
apartarse, atrajo hacia sí el cuerpo del vampiro, arrancándole un gemido de
deseo.
No había explicación posible al
cambio que acababa de producirse en sus vidas.
Él sólo podía resumir en una
palabra esos profundos sentimientos: resurrección.
Y era extraordinario.
© 2023 Siree Kemerler. Todos los derechos reservados.
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