Escritor: Manuel Susarte Román
¡Buenos días,
Bookies!
Otro maravilloso
día de entrevistas en el blog Bookeando con Desiree.
Sería de gran
ayuda que comentarais y compartierais las entrevistas para que tuvieran
más popularidad.
Esta vez traemos
a un escritor de lo más original al blog: Manuel Susarte Román.
Manuel nos cuenta
que está casado y tiene dos hijos; su hija universitaria y su hijo menor adolescente.
Vamos a ver qué
nos cuenta del resto de su vida.
Nombre completo: Manuel Susarte Román
Fecha de
nacimiento: 1974
Lugar de
nacimiento: Mula (Murcia),
España.
–
Buenos
días, Manuel. ¿Qué tal estás hoy?
Estoy
tranquilo, aunque algo cansado. Han operado a mi mujer recientemente y llevamos
un par de semanas a caballo entre el hospital y la casa. Todo ha ido bien y
está recuperándose de forma satisfactoria. Por sacar algo bueno de la
experiencia (además del buen resultado de la cirugía, por supuesto) he tenido
tiempo para leer y para apuntar ideas.
–
Me
alegro mucho de las buenas noticias. Espero que se mejore muy pronto. Gracias por
responder a la entrevista teniendo tantas cosas encima. Cuéntanos un poco sobre
ti.
Me llamo
Manuel Susarte Román, nací en Mula (un pueblo de Murcia) y sigo viviendo allí. Soy
comercial y entre mis hobbies se encuentra, por supuesto, la lectura; me gusta
mucho el cine y colecciono armas. También adoro viajar.
–
Uy,
lo de las armas es nuevo. ¡Qué interesante! ¿Cuáles son tus proyectos pasados,
presentes y futuros?
Soy escritor
por vocación, sin más formación que haber leído mucho (muchísimo) a lo largo de
mi vida; tengo dos novelas publicadas: “Atropia” y “Cuando todos sean sombra”; mas
dos libros de relatos cortos (uno de ellos escrito a cuatro manos con un amigo):
“Fiebre y martirio”, y otro en solitario: “Literatura mínima”. También tengo un
buen número de cuentos y microrrelatos; alguno de los cuales publico en mis
redes sociales. Ah, y una novela terminada que lleva en hibernación dos años pendiente
de corregir y revisar. En este momento me encuentro escribiendo otra obra,
precuela de “Cuando todos sean sombra”, que me gustaría terminar en los
próximos cuatro o cinco meses.
–
Genial.
Ya nos contarás qué tal con la precuela. Y, comenzando desde el principio, ¿qué
es lo que te decidió por la escritura?
Empecé a
escribir desde muy pequeño, con siete u ocho años y de forma natural. Era un
lector voraz y me surgió la necesidad de contar mis historias. Ese es el motor
que me mantiene pegado a la pluma: dar forma a las historias que, de no
escribirlas, se perderían. Escribo desde que puedo recordar y todavía guardo
los relatos de cuando tenía diez, doce y catorce años, así que, podría decirse
que escribo porque lo he hecho siempre. Me anima el deseo de crear los libros
que me gustaría leer; como un perro que persigue su propia cola. Escribo porque
amo leer.
–
¡Estupendo!
Supongo que todos los que escribimos lo hacemos un poco por lo mismo: nos gustaría
leer o haber leído una historia como la que nosotros hemos creado en nuestra
mente. Lo mejor de todo es saber que nuestra historia puede quedarse en la
mente y los corazones de nuestros lectores para siempre. ¿Qué te inspira para
escribir?
Me inspiran:
las situaciones cotidianas, las conversaciones de la gente, un paisaje, una
calle, que llame mi atención por cualquier motivo. Muchas veces construyo
diálogos en mi cabeza casi sin ser consciente de ello, como forma de mantenerme
activo, de ocupar la mente en algo (a veces mi trabajo puede ser muy
rutinario). En realidad, me inspira todo lo que me rodea, pues todo tiene una
historia y la mayoría de ellas merecen ser contadas.
–
Yo
jamás lo habría explicado mejor. ¡Eres extraordinario! Seguro que eres un
magnífico escritor. Ya tengo ganas de leer alguno de tus escritos. Lo de
construir diálogos y escenas en la mente sin apenas darte cuenta también me pasa.
Y automáticamente tengo que coger papel y boli para apuntarlo porque odio perder
ideas. Es algo con lo que no puedo. Incluso si estoy medio dormida, necesito
levantarme y apuntarlo todo. Prefiero perder sueño a perder ideas. ¿Qué momento
del día prefieres para escribir?
Cualquier
momento es bueno, aunque reconozco que prefiero hacerlo por la tarde-noche;
pero puedo escribir a cualquier hora si me llega la idea o la inspiración.
–
Creo
que la mayoría de los escritores preferimos la tarde-noche. ¿Será porque la
mente está más despierta para crear a esa hora? ¿Cómo te catalogas a ti mismo:
escritor de brújula o de mapa?
Cuando tengo
una idea procuro escribirla antes de que se borre de mi mente o se contamine.
Ya después me ocuparé de buscar el estilo o la coherencia; eso en cuanto a
cuento o relato corto. Si hablamos de novela, el propio formato me obliga a ser
más metódico. De todas formas, suelo hacer un somero esquema de lo que quiero
decir y cómo quiero hacerlo; empiezo a escribir y llega un momento en que tengo
que detenerme y ampliar ese esquema, hasta casi convertirlo en escaleta. No me
considero un escritor de mapa, tampoco de brújula; puede que un híbrido de
ambos.
–
Eso
es lo mejor de todo. Ser un poco de ambos, dependiendo de la necesidad del
escrito. Lo mejor que puedes hacer. Lo de que la idea se contamine es la primera
vez que lo oigo. Ya nos comentarás de que se trata más adelante. Y, para los
que no lo saben, una escaleta es un resumen más ampliado e informativo de la
obra. ¿Cómo fueron tus principios en la escritura y tus primeras publicaciones?
Empecé
escribiendo, como antes he dicho, relatos cortos y cuentos siendo niño; los
escribía a máquina y los grapaba, haciendo una ilustración para la portada y
todo. Ya siendo adulto, he participado en algún que otro concurso y he ganado
en un par de ocasiones. Mi primera novela “Atropia” surgió de uno de esos
concursos, pues el primer premio era la publicación de una novela corta. No he
tenido transición: he pasado de escribir para mis amigos a la publicación.
–
¡Guau!
Con portada y todo. Un niño prodigio, casi. Me habría encantado ser familiar
tuyo y poder ver todas esas obras que creabas siendo apenas un niño. Habría
sido estupendo ver tu desarrollo hasta las creaciones que has realizado ya
siendo un adulto. Tu familia tiene mucha suerte. Espero que lo hayan sabido
aprovechar. No siempre se tiene un niño tan talentoso en casa. ¡Enhorabuena! ¿Alguna
vez has utilizado o utilizas actualmente un seudónimo?
No uso
seudónimo; no siento la necesidad de hacerlo.
–
Muy
bien. Y, ¿qué género sueles escribir?
Escribo, sobre
todo, misterio. Relato de terror, novela policíaca, incluso algo de histórica
(siempre fabulada, aunque apoyada en contexto histórico bastante riguroso).
Llegué al género también de manera natural porque son mis lecturas favoritas.
–
Entonces,
te contactaré para que me des clases de escritura policíaca. Es una espinita
que tengo ahí clavada, pero no es algo que haya leído mucho, la verdad. Me
falta experiencia en ese tema. Algún día sí que escribiré algo así. ¿Qué estrategias
usas para promocionar tus obras?
Te diría que
el boca a boca es lo que mejor me ha funcionado, pero soy un mal estratega.
Creo que soy de una generación a la que todavía le cuesta adaptarse al tema de
la promoción: más allá de hacer algo de publicidad en mis redes sociales, no
encuentro la manera. Me parece agotador el hecho de tener que publicar todos
los días algo, estar al tanto de qué dicen y quién lo dice en Facebook,
Instagram, Twitter (perdón, X). Para hacerlo bien, se necesita un tiempo que yo
no tengo. Si dedico las horas a revisar y postear, teniendo mi trabajo, mi
familia, mi hogar… ¿cuándo escribo? Yo estoy aquí para escribir, no para
publicitarme. Soy consciente de que es un error por mi parte y que va en contra
de lo habitual y de mis propios intereses como autor que aspira a ser conocido,
pero no creo que pueda cambiar mi forma de pensar a estas alturas.
–
Bueno,
yo creo que si quieres, siempre puedes cambiar. Pero el cambio has de quererlo
tú mismo. Eso se aplica a todas las facetas de la vida, incluso cuando
comenzamos una relación de pareja. No se trata de que nuestra pareja nos diga
que cambiemos o de cambiar cada parte de nuestra personalidad, sino de modificar
pequeños aspectos de nuestra vida para tener una mejor convivencia en pareja.
Esto es lo mismo. Si te propones cambiar algo que no te gusta de ti mismo,
hazlo, pero por ti mismo, no por nadie más. Y teniendo en cuenta que nada se consigue
sin esfuerzo y perseverancia. Ahora, la pregunta del millón: ¿auto-publicar o
publicar con editorial?
Hasta ahora todas
mis obras han sido publicadas de forma tradicional: escribo, presento el
manuscrito a una editorial y, si a ésta le gusta, me lo publican y me pagan un
porcentaje de las ventas. Es sobre todo cómodo, aunque soy consciente de que la
auto-publicación resulta más ventajosa en cuanto a regalías se refiere; pero
volvemos al mismo tema de antes: no tengo tiempo, ni conocimientos (puede que
ni actitud) para dedicar todo el tiempo que requiere la auto-publicación. No
tengo nada en contra, por supuesto (más allá de la pecera llena de pirañas en
la que se ha convertido el mundo editorial), pero siento que no es mi modelo.
Puede que algún día me anime.
–
Yo
creo que sería muy provechoso para ti que te animaras a escribir y auto-publicarlo,
sobre todo teniendo en cuenta que después de haber publicado ya con editorial
tradicional tienes un nivel de “fama” que muchos no poseen, lo que puede hacer
que vendas más que la mayoría. Imagino que todo el proceso lo realiza la editorial,
por lo que nos acabas de contar.
Soy muy
cuidadoso con mis manuscritos. Los escribo y transcribo varias veces, los leo y
releo, los dejo a amigos para que los lean a su vez y me den su opinión, de
forma que cuando llegan a la editorial ya están bastante decentes. A pesar de
ello, siempre se escapa algo y entonces confío en los profesionales que la
propia editorial tenga.
–
Bien
hecho. Aunque la editorial tenga profesionales, nunca les gusta recibir un
manuscrito que tenga muchos fallos. Puede ser uno de los motivos por los que te
echen atrás el manuscrito de tu obra. ¿Alguna manía como escritor?
No soy
especialmente maniático a la hora de escribir, tan solo tengo un par de
condicionantes (que no excluyentes, puedo hacerlo de cualquier otra forma,
claro): siempre escribo con pluma y escuchando música. Lo de la pluma es porque
me obliga a escribir más lento y eso hace que piense las palabras al tiempo que
las plasmo en papel; en cuanto a la música, con volumen bajo e instrumental,
clásica, jazz o ambiental, porque si hay letra, me distrae.
–
Un
buen método de concentración. Tienes mucho que enseñarnos, Manuel. ¿Qué personaje
serías?
Creo que sería
más o menos como soy: serio, irónico y curioso. Mi personaje de ficción
favorito de todos los tiempos es Sherlock Holmes, así que creo que mi carácter
cuadra bastante bien con el suyo (pero yo no toco el violín ni la cocaína, por
supuesto).
–
Ja,
ja, ja. ¡Muy buena! A partir de ahora te vamos a imaginar como el excéntrico y
loco Sherlock. Elemental, mi querido Watson. Sigamos con la lucha: ¿E-Book o
papel?
Prefiero el
papel, tanto por tradición como por, podríamos decir, fetiche. Tengo la casa
atestada de libros (y no tengo más porque cedo al pragmatismo de mi mujer:
“Pero ¿dónde vamos a meterlos? Nos tendremos que salir nosotros de la casa…”)
pero no hago ascos al electrónico tampoco; reconozco sus ventajas y su practicidad.
Puedes llevar varios libros en un espacio y con un peso poco mayor que el de un
móvil y los nuevos modelos ofrecen una experiencia lectora más relajada para la
vista, cada vez más parecidos al papel.
–
Soy
fan de tu mujer. Desde ahora mismo. Toda la vida me dijeron lo mismo en casa.
He hecho comerse a mi familia numerosas mudanzas con más de trescientos libros
en cajas. Y la última, sin ascensor. No es agradable para ellos. La entiendo.
Ja, ja, ja. Pero, ¿qué le vamos a hacer? No podemos abandonarlos. Bueno, a mí
me tocó abandonar muchos por el camino cuando mis padres se separaron. Una pena.
¿Escritores y libros favoritos?
De escritores,
si tengo que elegir uno: Stephen King. Si me dejas explayarme un poco más, te
diría también: Umberto Eco, Pérez Reverte, Conan Doyle, Maupassant, Verne,
James Clavell, Hammett, Eslava Galán; creo que soy bastante regular dentro de
lo ecléctico.
Y, en cuanto a
libros, crecí con Julio Verne, así que cualquiera de los suyos. “Shogun” de
Clavell, “El nombre de la rosa” de Eco (siendo este, con toda probabilidad, uno
de los culpables de que sea escritor), “Apocalipsis” de Stephen King, “La tabla
de Flandes” de Pérez Reverte, “Estudio en escarlata” de Conan Doyle, “Sinuhé,
el egipcio” de Mika Waltari… son muchos y no puedo decidirme.
–
Lees
a los más grandes, ¿eh? Normal que seas tan buen escritor… Solo hablar contigo
ya se nota. Y no me leí ninguna de tus obras. Cuando las lea, prometo dejar un
comentario en redes. Una pregunta que me da verdadera curiosidad contigo:
¿cuánto tiempo dedicas a escribir, leer y documentarte?
Procuro
dedicar una hora y media o dos diarias a escribir. Obvio que no siempre es
posible, pero la intención es lo que cuenta.
Leo cuando
tengo un minuto para hacerlo, antes de dormir, en los descansos del trabajo,
después de comer, en las esperas de cualquier tipo; leo siempre.
En cuanto al
tiempo que dedico a la documentación, no suele ser mucho; en parte porque no
busco escribir tratados divulgativos ni libros de historia, para eso hay
autores más preparados que yo; y en parte porque suelo ambientar mis historias
en lugares y tiempos conocidos por mí. Cuando surge una duda en mitad del
proceso de escritura, busco la documentación necesaria, pues sí soy bastante
puntilloso a la hora de relatar: no me gusta que después me echen en cara los
lectores que en ese año no se había inventado el teléfono móvil o que en tal
ciudad no existe esa calle de la que hablo.
–
Sí,
eso sería un fallo catastrófico para la novela, la verdad. Quitaría las ganas
de leerla a muchos lectores. Hay que tener cuidado con eso. ¿Qué debe tener un
libro para que llame tu atención y te decidas por leerlo?
Es una
pregunta difícil de contestar, sobre todo porque no hay una tecla mágica que
nos haga interesarnos por algo de forma automática. Te diría que me atraen
ciertos autores, ciertos géneros o que en la sinopsis veo algo conocido que me
lleva a esa zona donde voy a estar cómodo (por ejemplo, de niño era fanático de
las novelas de “El Coyote” de José Mallorquí, porque todas ofrecían lo mismo:
el héroe que se enfrenta a la injusticia y acaba venciendo, y precisamente eso
era lo que buscaba, eso era lo que esperaba en esas novelas); o que veo algo
totalmente distinto a lo que espero y eso despierta mi curiosidad, como una de
las última novelas que he leído “Ring Shout”, que llamó mi atención por lo
inusual de su premisa inicial. No me suelo dejar llevar por los diseños de las
portadas o por colecciones o editoriales.
–
¡Maravilloso!
Nos ayuda mucho vuestra opinión en este tema. Aunque debo admitir que eres de las
pocas personas que me han admitido no dejarse llevar por la portada o la
sinopsis de un libro. Para terminar ya, ¿algún consejillo a los menos experimentados?
Pocos consejos puedo dar más allá de que
lean, que lean mucho; el trabajo más importante para un escritor es la lectura.
Y que escriban, sin miedo a equivocarse, sin miedo a fallar, pues escribir es
un camino de aprendizaje que nunca termina. Que sean cuidadosos, que procuren
hacer un trabajo digno, que mimen sus escritos, pues serán su carta de
presentación ante todo el mundo. Una mesa lacada requiere de más de quince
capas de barniz y lijado para lucir brillante, un escrito no es menos que una
mesa: cuanto más pulas, más brillará.
Muy buen consejo.
Realista y acertado al 100%.
Realmente eres
una persona muy interesante. Siento que me faltaron preguntas contigo,
sinceramente.
Espero poder
entrevistarte de nuevo más adelante y que nos enseñes más cosillas. Muchísimas
gracias por realizar la entrevista y tomarte el tiempo necesario para responder
todas las preguntas a pesar de tus problemas familiares. Un saludo a tu mujer,
y que se mejore muy pronto.
Aquí os dejo las redes
sociales de Manuel, para que sigáis su camino allá a donde vaya a escribir:
Hasta aquí hemos
llegado con la entrevista a Manuel Susarte Román.
Espero que os
haya gustado y hayáis aprendido tanto o más que yo con sus experiencias en el
sector.
Volveremos con más
entrevistas en breve.
Hasta entonces,
¡feliz lectura y escritura!
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