Frases reflexivas: Albert Einstein
¡Buenas
y estupendísimas noches, Bookie!
¿Has
oído alguna vez esa frase que dice: tiene el duende?
Normalmente,
son la gente más antigua la que conoce el significado. Esa frase quiere decir
que esa persona ha sido bendecida con un don. La mayoría de las ocasiones se
refiere al canto, o por lo menos yo lo he escuchado más veces referido a ello. Aunque
imagino que también se puede referir a otros dones.
Y
ahora quiero lanzar una pregunta que te hará pensar:
¿El
genio nace o se hace?
Muchos
dirían que el genio nace. Si tienes talento, lo tienes desde que naces. Otros
muchos dirían que cualquier talento se puede aprender.
Mi
opinión personal es que, ni todo el mundo nace con un don, ni todos los
talentos se pueden aprender. Hay personas que nacen con un don natural dependiendo
de para qué cosas; y otras, lo aprenden a lo largo de su vida. A mi parecer, es
una mezcla de las dos: talento natural y aprendizaje. ¿Tú que crees?
Sea
como sea, el genio que nos acompaña hoy es sin duda uno de los más conocidos,
por no decir el que más.
Ha
habido muchos personajes famosos importantes en el mundo, pero éste es uno de
los mejores.
¿Nació
siendo genio o se convirtió en uno?
¡Dedúcelo
por ti mismo!
ESTOY AGRADECIDO A TODOS LOS QUE ME DIJERON NO, GRACIAS A ELLOS LO ESTOY HACIENDO POR MÍ MISMO
ALBERT EINSTEIN
Albert
Einstein nació en Ulm, Alemania, el 14 de marzo de 1879.
Fue un
físico alemán de origen judío, nacionalizado después suizo, austriaco y estadounidense.
Se le considera
el científico más importante, conocido y popular del siglo XX.
En 1905,
cuando era un joven físico desconocido publicó su teoría de la relatividad especial.
Dedujo la ecuación de la física más conocida a nivel popular: la equivalencia masa-energía,
E=mc (al cuadrado). Y publicó otros trabajos que sentarían algunas de las bases
de la física estadística y de la mecánica cuántica.
En
1915, presentó la teoría de la relatividad general, en la que reformuló por
completo el concepto de la gravedad. Una de las consecuencias fue el surgimiento
del estudio científico del origen y la evolución del universo por la rama de la
física denominada cosmología. En 1919, cuando las observaciones británicas de
un eclipse solar acontecido en mayo de ese año, confirmaron sus predicciones acerca
de la curvatura de la luz, fue idolatrado por la prensa.
Por
sus explicaciones sobre el efecto fotoeléctrico y sus numerosas contribuciones a
la física teórica, en 1921 obtuvo el Premio Nobel de Física y no por la Teoría
de la Relatividad, pues el científico a quien se encomendó la tarea de
evaluarla no la entendió, y temieron correr el riesgo de que luego se
demostrase errónea.
Ante
el ascenso del nazismo, Einstein abandonó Alemania en diciembre de 1932 con
destino a Estados Unidos, donde se dedicó a la docencia en el Institute for
Advanced Study. Se nacionalizó estaodunidense en 1940. Durante sus últimos años
trabajó por integrar en una misma teoría la fuerza gravitatoria y la electromagnética.
Desde
sus comienzos, demostró cierta dificultad para expresarse, pues no empezó a hablar
hasta la edad de tres años, por lo que aparentaba poseer algún retardo que le
provocaría algunos problemas.
Albert
era paciente y metódico y no le gustaba exhibirse. Solía evitar la compañía de
otros infantes de su edad. Únicamente admitía a su hermana en sus soledades.
Su
paso por el bachillerato no fue muy gratificante: la rigidez y la disciplina militar
de los institutos de secundaria de la época de Otto von Bismarck cuando Einstein
tenía quince años. Un nuevo profesor, el Dr. Joseph Degenhart, le dijo que “nunca
conseguiría nada en la vida”.
Su tío, Jakob Einstein, un ingeniero con gran inventiva e ideas, convenció al padre de Albert para que construyese una casa con un taller. El pequeño Albert, se crio motivado por las investigaciones que se realizaban en el taller y todos los aparatos que allí había.
Einstein
era excelente en matemáticas y física, no se interesaba por las demás
asignaturas. A los quince años, sin tutor ni guía, emprendió el estudio de
cálculo infinitesimal. No le interesaba seguir estudiando bachillerato, por lo
que se puso en contacto con un médico para que certificara que padecía de
agotamiento y necesitaba un tiempo sin asistir a la escuela, y convenció a un
profesor para que certificara su excelencia en el campo de las matemáticas.
La
familia de Einstein intentó matricular a Albert en la Escuela Politécnica
Federal de Zúrich pero, al no tener el título de bachiller, tuvo que
presentarse a una prueba de acceso que suspendió. Finalmente, terminó sus
estudios de bachiller alemán en 1896, a la edad de dieciséis años. Ese mismo
año renunció a su ciudadanía alemana e inició los trámites para naturalizarse
suizo. Einstein ingresó en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, probablemente
el centro más importante de la Europa central para estudiar ciencias.
El 16
de abril de 1955, Albert Einstein experimentó una hemorragia interna causada
por la ruptura de un aneurisma de la aorta abdominal, que anteriormente había
sido reforzada quirúrgicamente. Einstein rechazó la cirugía diciendo: “Quiero
irme cuando quiero. Es de mal gusto prolongar artificialmente la vida. He hecho
mi parte, es hora de irse. Yo lo haré con elegancia”.
Murió
en el hospital de Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos, a primera hora del 18
de abril de 1955 a la edad de setenta y seis años.
Einstein
no quiso tener un funeral normal. Su cuerpo fue incinerado en la misma tarde,
antes de que la mayor parte del mundo se enterara de su fallecimiento. Pero hubo
una parte de su cuerpo que no se quemó.
Durante
la autopsia, el patólogo del hospital extrajo el cerebro de Einstein para
conservarlo, sin el permiso de su familia, con la esperanza de que la
neurociencia del futuro fuera capaz de descubrir lo que hizo a Einstein ser tan
inteligente.
El
único dato científico medianamente interesante obtenido del estudio del cerebro
es que una parte de él- la parte que, entre otras cosas, está relacionada con
la capacidad matemática- es más grande que en otros cerebros.
En
1985, la profesora Marian Diamond, informó de un número de células gliales de superior
calidad en áreas del hemisferio izquierdo, encargado del control de las habilidades
matemáticas. En 1999, la neurocientífica Sandra Witelson informaba que el
lóbulo parietal inferior de Einstein, un área relacionada con el razonamiento
matemático, era un 15% más ancho de lo normal.
Seguro
que no sabías todo esto. Espero que te haya resultado interesante.
Nos
vemos a la vuelta de la hoja.
Hasta
entonces, ¡feliz lectura y escritura!
Fuente: Wikipedia
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