REFLEXIÓN DE FIN DE SEMANA: ¿Entrar en el estándar de guapo por la sociedad tiene consecuencias?


 

 

¡Buenos y estupendísimos días, Bookie!

Una vez tuve una conversación con alguien que ni si quiera recuerdo ya quién era. Pero sí recuerdo sus palabras.

Hablábamos de todo un poco cuando pregunté:

    ¿Por qué solo se acercan a hablarme los feos? ¿O los que la mayoría metemos en el estándar de feos?

Esa persona me respondió:

    Porque los que entran en el estándar de “guapos” sienten que podrías rechazarlos y sería un duro golpe para su ego retroalimentado por buenos comentarios de los demás hacia ellos durante casi toda su vida. Tu cara bonita, tu coraje de guerrera tan directo, y tu carácter intenso es lo que hace que los hombres en general no se te acerquen.

    ¿Por qué? —pregunté.

    Porque se sienten inferiores a ti o sienten que eres mucha mujer para ellos. Les haces sentir así; inseguros con ellos mismos. Y los hombres odian esa sensación.

    Entonces, ¿debo aparentar ser débil y sin carácter para que se atrevan a acercarse?

    No debes aparentar algo que no eres. La persona que te quiera debe hacerlo así mismo. Tal cual eres— me explicó con paciencia—. Pero esa persona debe tener un carácter igual de fuerte que el tuyo o más. Así no se sentirá inferior.

>>Porque la mayoría de los hombres desean sentir que son necesarios en la vida de esa persona; que son más fuertes e inteligentes. Y piensan que una mujer tan fuerte y con tanto carácter no necesita de un hombre. O que no se fijaría en un hombre con menos carácter que ella. Son muy pocos los hombres que se enorgullecen de que su pareja sea igual o más inteligente que ellos.

    Pues se equivocan. Yo no soy solo una cara bonita.

>>Y quizá esos hombres deberían pensar que detrás de esa cara bonita y esa personalidad de guerrera tan marcada se esconde un pasado complicado, causante de su gran carácter. Las mujeres, al contrario de lo que la mayoría cree y sobre todo las mujeres consideradas fuertes mentalmente, necesitamos a nuestro hombre al lado. Pero no nos vale cualquier hombre. Debe ser uno que nos acompañe en la vida, que entienda todo por lo que hemos pasado hasta llegar ahí. Debe entender que no necesitamos ser salvadas, sino comprendidas y valoradas. No somos damiselas en apuros, como hacen creer falsamente en las películas, pero necesitamos saber que el hombre que tenemos al lado no va a dejarnos caer, o va a levantarnos cuando nos hayamos caído. Las mujeres así no necesitamos un principito, sino un guerrero a nuestro lado. Alguien con quien poder ser, y no solo alguien con quien estar. Porque una cosa es con quien estas y otra muy distinta con quien puedes ser tú mismo. Y yo quiero SER con alguien. Quiero sentir que puedo ser yo misma a cada instante. No mi YO que todo el mundo cree conocer, sino mi YO oscuro y luminoso a la vez. Toda yo. Y eso es muy complicado de conseguir y casi imposible de retener.

    Y, aun así, eso no explica lo de los feos— repliqué al acabar mi discurso.

    Los feos han sido rechazados tantas veces que ya están acostumbrados al “no” directo de esas personas, pero nunca se rinden con sus deseos. Saben que el “no” ya lo tienen, por lo que no tienen nada que perder y sí mucho que ganar al intentarlo.

 

CONCLUSIÓN:

 

¿Entrar en el estándar de “guapo” tiene sus consecuencias?

Yo diría que sí. Y al igual que las tiene buenas, las tiene malas. 

Añadiría que se pierden muchas buenas oportunidades de conocer gente que realmente merezca la pena y no solo gente que te quiera por tu físico. Si te consideran “feo” sabes que esa persona ha visto algo en tu yo interior que le dice que mereces la pena. Si te consideran “guapo” muy probablemente solo llames la atención por tu físico y no por tu personalidad. ¿Cómo saber si es por una cosa u otra? Además, ser “guapo” está sobrevalorado. Hazme caso.

Y no te fíes de las apariencias. Engañan más que un mentiroso.

Partimos de la base de que los estándares de guapo o feo son diferentes dependiendo de cada persona.

Y por mucho que a los demás les parezca mal, y por muy guapo o guapa que nos consideren otras personas, los guapos y los feos pueden juntarse y formar parejas. Porque al final el físico importa, sí (quién diga que no, miente como un bellaco. La atracción física importa mucho), pero no es lo que más importa.

El físico, con el paso del tiempo, se va desgastando. Y lo que queda es el trato y las acciones que la otra persona ha tenido o no ha tenido contigo.

Debemos aprender a valorar a las personas más por sus acciones y menos por su apariencia. Entonces sabremos con quién debemos juntarnos y con quién no.

Al igual que hay personas “guapas” muy malas, hay personas “feas” muy buenas.

Trabaja a diario en tu YO interior hasta conseguir ser la mejor versión de ti mismo. Al final, eso es lo que va a hacer que te amen de verdad.

 

Espero haberte sido de ayuda.

Nos vemos a la vuelta de la hoja.

Hasta entonces, ¡feliz lectura y escritura!


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